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| Una vista de la Incheon Free Economic Zone. |
Pablo Cerezal. Env. esp. Seúl Corea del Sur empieza la tercera fase de su ciudad tecnológica y de negocios, la Incheon Free Economic Zone (IFEZ). La primera fase (2003-2009) abordó la construcción de infraestructuras básicas por parte del Estado, la segunda (2010-2014) consiste en la extensión de estos servicios a la provisión de salud y educación, en la tercera (hasta 2020) el objetivo está en atraer finalmente a las empresas. Este es el verdadero reto, dado que el Gobierno coreano espera atraer a 600.000 habitantes a esta nueva ciudad, construida en terrenos ganados al mar a una hora de la capital, Seúl.
El objetivo es, por un lado, descongestionar la capital (con más de 10,4 millones de habitantes y una densidad del doble que Nueva York) y, por otro, crear un “hub del conocimiento” donde las empresas tengan sus bases de innovación, para que se interrelacionen y se apoyen unas a otras. El Gobierno está utilizando incentivos fiscales para conseguir que estas compañías se trasladen. Quienes se instalen aquí están exentos del Impuesto de Sociedades y del IRPF durante cinco años, más una reducción del 50% en los tres ejercicios posteriores. Además, no padecerán impuestos a la propiedad en los primeros 10 años.
Hasta la fecha, sólo algunas grandes empresas, como Samsung, la informática Cisco o la acerera Posco han abierto una oficina en la IFEZ, todas ellas firmas coreanas, aunque también ha abierto una sede la Universidad George Mason, de Estados Unidos, por ejemplo. Sólo el 20% de las inversiones proceden del extranjero.
El Ejecutivo pretende utilizar a los grandes conglomerados (chaebol) como palanca para atraer el resto de inversiones, pero se encuentra con el gran problema de la falta de iniciativa fuera de ellos. De hecho, desde el Ministerio de Comercio, Industria y Energía se lamentan de que “en el país no hay cultura del emprendimiento, el modelo actual, intensivo en capital y trabajo, está llegando a su fin, y falta creatividad para inventar nuevos para inventar nuevos trabajos bien remunerados”.
Recelo de los inversores
Algunos inversores y empresarios que se encontraban en el Forum Investment Week, en octubre, son de la misma opinión. Un empresario belga dedicado a la electrónica se queja de la falta de diversidad entre las empresas. “Venimos a ofrecer nuestro proyecto a Samsung y a LG. La parte buena es que aquí se puede cerrar un trato en pocos días. La mala, que si estas empresas no lo quieren, no hay ninguna otra con la que podamos cerrar el trato”, señala.
Este fue uno de los temores recurrentes en el Foro, que Samsung supone un 17% del PIB coreano. Y tres cuartas partes de sus beneficios dependen de la sección de móviles, que es muy volátil, como se ha visto con los grandes retrocesos de Nokia y Blackberry. Sin embargo, el punto a favor de la empresa y del país es que han utilizado las vacas gordas para ahorrar y acumula un efectivo equivalente a unos 37.000 millones de euros, con los que tendría margen para responder a muchas eventualidades.
Seúl, por su parte, disfruta de uno de los menores endeudamientos de la OCDE, dado que la deuda pública supone el 35% del PIB. Desde el Gobierno, además, argumentan que la fiabilidad de Corea queda demostrada con su rápida recuperación de la crisis (crecerá un 2,7% en 2013 según la OCDE) y la inversión extranjera, que aumentó un 16,3% en 2012.
