Seúl, 23 de octubre (Yonhap) -- El Ministerio de Comercio, Industria y Energía dijo, este miércoles, que tratará de desarrollar una unidad central de procesamiento (CPU, según sus siglas en inglés) Core móvil de tipo surcoreano.

La CPU Core móvil es un bloque clave que funciona como cabeza del procesador de aplicaciones (AP) de los teléfonos inteligentes.

En 2012, Corea del Sur pagó unos 350.000 millones de wones (330,5 millones de dólares) por concepto de regalías por el uso de la CPU Core móvil, en comparación con los 180.000 millones de wones (170 millones de dólares) de 2008.

El plan de desarrollo forma parte de las estrategias del ministerio, dadas a conocer este miércoles, para ayudar al nuevo salto de la industria de semiconductores del país.

Las estrategias están destinadas a volver a convertir a la industria de semiconductores, que se encuentra en desaceleración, en el principal motor de crecimiento de la economía surcoreana.

La cuota de semiconductores en las exportaciones surcoreanas, que fue del 15 por ciento en el año 2000, ha disminuido constantemente para llegar al 9 por ciento en 2012. Su cuota en el PIB nacional, que alcanzó el máximo del 6,5 por ciento en 2010, disminuyó al 5 por ciento en 2012.

El ministerio dijo que la razón por la que elaboró las estrategias es que tomó como modelo el caso de la industria de semiconductores de Japón, cuya cuota en el mercado mundial disminuyó del 51 por ciento en 1988 al 18 por ciento el año pasado.

El ministerio también intentará desarrollar obleas de gran diámetro, de 450 milímetros, que sustituirán a las de 300 milímetros que se utilizan actualmente. Para ello, los fabricantes surcoreanos de equipos tomarán parte en el Consorcio Global 450 (G450C), que es un consorcio formado por cinco grandes compañías -Intel, TSMC, GLOBALFOUNDRIES, IBM y Samsung-, en colaboración con la Universidad Estatal de Nueva York, para fabricar la oblea de 450 milímetros.

El volumen del mercado mundial de semiconductores fue de 304.300 millones de dólares. Corea del Sur es el tercer agente más grande, con una cuota del 14,7 por ciento, después de Estados Unidos (50,7 por ciento) y Japón (17,8 por ciento).

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